Para obtener determinados nutrientes esenciales, el consumo moderado de carne está recomendado dentro de la maravillosa dieta mediterránea. Básicamente podemos distinguir entre carnes rojas y carnes blancas. Para conocerlas un poco mejor, hoy en Carnicerías Juan Ortiz os explicamos las principales diferencias entre carne blanca y carne roja.
Cuáles son las diferencias entre carne blanca y carne roja
Desde hace tiempo existen diferentes maneras de clasificar la carne, pero ninguna de ellas es totalmente exacta. Actualmente, una de las más generalistas es la que distingue entre carnes rojas y blancas.
Sin embargo, no es 100% exacta, puesto que dentro de un mismo tipo de animal pueden darse carnes rojas o blancas, atendiendo a diferentes cuestiones como la edad del animal en el momento del sacrificio.
Por eso, en este post vamos a explicar algunos de los puntos que, de forma general, diferencian entre estos tipos de carne.
A simple vista, una de las principales diferencias entre carne blanca y carne roja es el color de la misma. Esto se debe a la cantidad de mioglobina que presenta cada una de ellas.
Entre otras funciones, esta proteína contiene hierro y se encarga de dar color a los músculos. Las carnes más rojas suelen presentar mayores niveles de mioglobina y de hierro que las blancas.
Por otro lado, la carne roja también suele contener mayor cantidad de grasa que la carne blanca, haciéndolas también más calóricas. También aportan más colesterol que las blancas.
Aunque aquí también existen excepciones, como son los cortes magros de determinadas carnes rojas o los cortes muy grasos de otras blancas.
La grasa de la carne roja le aporta jugosidad y sabor, mientras que las carnes blancas suelen ser más magras y con un sutil sabor.
Al mismo tiempo, las carnes rojas suelen tener una mayor presencia de purinas que las blancas. Éstas contribuyen a la formación del ácido úrico, por lo que no se recomiendan para determinadas patologías.
Una dieta equilibrada con carne
De forma general, dentro de las carnes rojas se engloban la carne de vacuno, cerdo, la de caza, la de cabra, las vísceras y la de caballo. En cambio, dentro de las carnes blancas suelen recogerse la de conejo, cordero, pollo o pavo.
Ambas carnes aportan una buena cantidad de vitamina B, proteínas de calidad, hierro de fácil absorción y otros minerales como fósforo y zinc.
Por eso, es importante combinarlas y comer de manera equilibrada para estar sano.
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