Cuando se trata de embutidos y carnes curadas, España es un país con una rica tradición. Entre los productos más conocidos se encuentran el jamón y el lacón. Ambos son carnes curadas que tienen un lugar especial en la cocina española, pero, a pesar de algunas similitudes, son productos muy diferentes en términos de sabor, preparación y usos culinarios. En este artículo de Carnicerías Juan Ortiz, os explicamos las diferencias entre jamón y lacón.

Diferencias entre jamón y lacón

Para entender a la perfección las diferencias entre jamón y lacón, debemos saber qué es cada uno de ellos.

Por un lado, conocemos como jamón cada una de las patas traseras del cerdo que se han sometido a un proceso de curación. Dependiendo de varios factores, como la alimentación del cerdo, el método de curación y la región de origen, existen diferentes tipos de jamón, siendo los más conocidos el jamón serrano y el jamón ibérico.

Por su parte, el lacón proviene de la pata delantera del cerdo. Específicamente, se refiere al hombro y parte del lomo. Es una pieza típica de la gastronomía gallega, y el lacón con grelos es uno de los platos más emblemáticos de esta región de España.

Otras diferencias clave

En cuanto al proceso de curado, el lacón se sala y se cura, en un proceso que puede variar entre días y semanas. También se puede ahumar, para conseguir un gusto especial.

En cambio, el proceso de curación del jamón es mucho más largo, pasando de varios meses a varios años. Tras salar el jamón, se cura en condiciones de temperatura y humedad controladas.

Si nos centramos en el sabor, el lacón es suave, tierno y jugoso. Por su parte, el jamón puede presentar un amplio abanico de curaciones, lo que le puede conferir un sabor más suave o intenso, con matices a frutos secos en el caso de algunos ibéricos. Su textura es más firme y seca que el lacón.

Finalmente, sobre su consumo, el lacón suele tomarse cocido, pero también puede servirse loncheado.

El jamón, se toma curado, pero también admite cocinados ligeros en numerosas recetas.