Comer carne de calidad es un placer al que poca gente puede resistirse, pero si además la combinamos con una bebida que realce sus cualidades, la mezcla es ideal. Hoy, en el blog de Carnicerías Juan Ortiz, hablamos sobre el maridaje de la carne con el vino, el match perfecto para cada ocasión.
La importancia del maridaje de la carne con el vino
El maridaje de la carne con el vino es un arte culinario que busca realzar y complementar los sabores de ambos elementos. La clave para un maridaje exitoso radica en encontrar el equilibrio adecuado entre el peso de la carne y el del vino.
Para lograr un maridaje exitoso, es esencial considerar la intensidad y el tipo de carne, así como su método de cocción. Generalmente, las carnes más ligeras se acompañan con vinos más suaves, mientras que las carnes más robustas requieren vinos de mayor cuerpo.
Por ejemplo, las carnes rojas, especialmente si se preparan a la parrilla o al horno, se complementan bien con vinos tintos de cuerpo medio a alto, como un Cabernet Sauvignon o un Tempranillo.
Las carnes rojas más grasas, maridan bien también con Merlot y Syrah. Por su parte, las carnes rojas más magras, pegan fenomenal con Pinot Noir, Garnachas y Tempranillos.
En el caso de las carnes blancas, al ser más suaves, maridan adecuadamente con vinos blancos secos como el Chardonnay o tintos ligeros como el Pinot Noir.
La carne de cerdo es un caso especial, puesto que dependiendo del corte, del tipo de cocinado y el acompañamiento, el vino puede ser muy distinto. Por lo general, combina fenomenal con vinos blancos con cuerpo, pero también con tintos jóvenes y afrutados.
Finalmente, la carne de caza, necesita vinos robustos, como Ribera del Duero, Tinto de Toro, o vinos tintos con crianza.
Como recomendación final, el objetivo del maridaje es lograr un equilibrio donde ni el vino ni la carne dominen en exceso. Lo mejor es experimentar con diferentes combinaciones para descubrir las que mejor se adapten a los gustos personales y a la ocasión.
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