La oreja de cerdo, un ingrediente que puede parecer poco convencional, es en realidad un tesoro culinario en muchas regiones. Su textura gelatinosa y su sabor intenso la convierten en un ingrediente versátil para una gran variedad de platos. Hoy, en Carnicerías Juan Ortiz, os explicamos cómo cocinarla para sacarle el mayor partido.

Formas de cocinar la oreja de cerdo

Una de las preparaciones más tradicionales es la oreja de cerdo al ajillo. Este plato se caracteriza por su sencillez y sabor intenso.

Para prepararlo, se cocinan trozos de oreja previamente cocidos en su propia grasa junto con ajo, pimentón y un toque de vino blanco. El resultado es una tapa crujiente y llena de sabor, ideal para acompañar con un buen pan.

Pero, si no queréis complicaros con los pasos previos, podéis comprar nuestra oreja cocida al ajillo, lista para cocinar.

Por otro lado, la oreja a la plancha es otro clásico, especialmente en los bares madrileños. Este método resalta la textura gelatinosa del corte, logrando un exterior crujiente.

Tras cocer la oreja para que quede blanda, se corta en trozos y sazona al gusto. Luego, se cocina en una sartén o plancha caliente y se sirve inmediatamente.

Igualmente, podéis optar por nuestra oreja cocida adobada, que os brindará una experiencia deliciosa y sin complicaciones.

Para los amantes de los guisos, pueden preparar oreja en salsa y oreja guisada. En ambos casos, la oreja se cocina a fuego lento, dejando que suelte toda su gelatina y dando una melosidad única a la elaboración.

Quienes buscan algo más exótico, pueden probar a cocinar la oreja de cerdo al vapor. Tras marinar la oreja durante unas horas, se cocina al vapor entre 45 y 60 minutos. En boca, es más delicada que con otras cocciones.

Finalmente, la oreja es también ideal para los platos de legumbre. Se utiliza especialmente en diferentes tipos de cocidos, aportando un gusto exquisito y una textura irresistible.